España demanda formación en seguridad y defensa
Los conceptos contemporáneos de seguridad y defensa se consolidaron en occidente en la década de los 60, aunque a España llegarían años más tarde de la mano del Centro Superior de Estudios de la Defensa Nacional (CESEDEN). La post-guerra, la bipolarización del mundo y el terrorismo de primera generación eran las principales amenazas que por entonces preocupaban al globo.
Sin embargo, hoy en día, el fenómeno de la globalización y la amenaza del terrorismo islamista, son las cuestiones capitales que preocupan a la seguridad occidental. Por detrás, se encuentra la situación energética del país, el crimen organizado y, por supuesto, el ciberespacio y la ciberseguridad, una nueva dimensión para hacer la guerra. Prestando especial atención a España encontramos, además, la consolidación de un marco seguro en el Mediterráneo y la estabilidad del entorno inmediato: Oriente Próximo y el Sahel. “No se trata de afrontar problemas nuevos, sino de que ahora esos problemas son tratados como problemas de seguridad: se han securizado”, afirma Emilio Rojas, coronel de artillería en un documento publicado por el CESEDEN.
Actualmente, el Centro de Inteligencia de las Fuerzas Armadas (CIFAS) participa en cerca de 20 operaciones reales tanto en España como en las áreas del Mediterráneo, Báltico, Sahel, Cuerno y Centro de África, Oriente Próximo y Latinoamérica. Las Fuerzas Armadas españolas cuentan además con 2.644 militares desplegados en 18 misiones internacionales.
El país está presente en la mayor parte de las misiones que desarrolla la Unión Europea en el continente africano, donde la implantación de organizaciones criminales y terroristas ha proliferado en los últimos años, incluso más que en Oriente Próximo. Además, España también participa en cooperaciones bilaterales con Francia en el Sahel.
A las puertas de Europa, las organizaciones criminales amenazan las costas del viejo continente por lo que la pertenencia de España al área euroatlántica es vital para la seguridad e intereses de los socios regionales que poco a poco toman conciencia de la relevancia de la ribera sur frente a la amenaza criminal. A la presencia española en el exterior se suma la amenaza yihadista, que se ha convertido en la punta de lanza del sector y que ha penetrado en el Estado.
Sin embargo, según afirma Francisco Rosaleny y Pardo de Santayana, director de CIFAS, “en general, la sociedad española está poco mentalizada en cuestiones como la seguridad y la defensa nacional”. Palabras con las que coincide Francisco Moyano, director del Máster Internacional en Operaciones de Inteligencia y Contrainteligencia de CISDE y Teniente Coronel en la reserva, que señala: “el conocimiento es poder, es necesario para tomar decisiones certeras. El ‘mercado’ cada vez se complica más y las amenazas son mayores. Esto ha ocurrido ya en otros países y también ocurrirá en España”.
El país requiere dotarse de herramientas tecnológicas que permitan analizar, identificar y neutralizar los riesgos y amenazas que han aumentado desde el fin de la Guerra Fría y que inciden en el nivel de peligrosidad que se proyecta sobre la seguridad nacional. Entre estas herramientas se encuentra el conocimiento.
El interés por los cursos de formación en la materia ha atraído a profesionales del sector público y privado. “Es una cuestión de adaptación a la realidad. Evidentemente todo lo que es inteligencia civil favorece a las empresas que tendrán que considerar cada vez más su formación respecto a estos aspectos. Hay que sistematizar la información. Las empresas mejor organizadas están viendo en la inteligencia un servicio muy útil. Hablamos de conocer a tu competencia y el mercado”, explica Moyano.
España es un socio clave para la Política Común de Seguridad y Defensa (PCSD). Junto con Alemania, Italia y Francia, el país se sitúa a la cabeza de los países europeos con mayor capacidad de respuesta a crisis y conflictos externos, y que forman parte de un proceso de mejora de la cooperación práctica con la Alianza Atlántica (OTAN). “Con la amenaza terrorista que existe en Europa, y por tanto en España, la unificación es la única solución. Hay que unificar mando y formación, lo que sería además más económico.” explica Moyano refiriéndose no sólo al conjunto europeo sino también a las fuerzas de seguridad del Estado, como la policía nacional y autonómica que dice, “padecen importantes carencias derivadas de la falta de unicidad y los recortes presupuestarios que afectan a la formación e información en materia de seguridad y defensa. Obviamente es un problema que urge solventar”.
Seguridad y defensa en el sector privado
Las pérdidas financieras o las crecientes amenazas que acechan a los mercados globalizados han hecho saltar las alarmas de las empresas, interesadas cada vez más por esta materia.
Entre 2012 y 2015 Estados Unidos duplicó las pérdidas financieras de anteriores años vinculadas a la cibercriminalidad. En Francia esta cifra ascendió a 3.000 millones de euros, según la consultora ALTEN. “Los departamentos de inteligencia en empresas privadas en España no están especialmente desarrollados en comparación con el norte de Europa o Estados Unidos, donde hasta una fábrica de colchones tiene su departamento de inteligencia pero cada vez con más frecuencia se acercan muchas empresas hasta CISDE interesadas en formación”, asegura Moyano.
En los últimos meses, ataques como el del pasado mayo bautizado como “Wanna Cry” (quiero llorar), que afectó a entidades como Telefónica, BBVA, Iberdrola y Banco Santander , han puesto de manifiesto las flaquezas de la industria privada en materia de seguridad y defensa. “Falta mucha formación, mucha concienciación y mucha materia gris en este aspecto”, señala Luis Jiménez Muñoz, subdirector general del Centro Criptológico Nacional (CCN), adscrito al Centro Nacional de Inteligencia (CNI).
Según el Centro de Respuesta a Incidentes de Seguridad e Industria (CERTSI), en España se producen de media unos 400 ataques diarios. “Es difícil encontrar personal que sepa descubrir vulnerabilidades o crearlas, o que sepa detectar que tiene un sploit o cómo hacerlo”. El ciudadano está muy mal preparado y es muy fácil engañarlo”, se lamenta Jiménez que reclama expertos en seguridad y defensa, tanto a nivel empresarial como de la administración pública.