Azules y Grises. Una Historia de la Guerra de Secesión y sus Combatientes Españoles.

Diseccionamos hoy el último libro de Joaquín Mañes, autor de El Mito de Camerone y Soldados sin Bandera, publicado por la editorial Salamina.

Joaquín Mañes, abogado de profesión y escritor de vocación, está especializado en un área original dentro de la historia militar: la de los españoles que sirvieron en otros ejércitos. Los principales frutos de esa inquietud han sido convertirse en el probablemente mayor experto en España de la Legión Extranjera Francesa  y nueve libros publicados. El último de ellos es Azules y Grises. Una Historia de la Guerra de Secesión y sus Combatientes Españoles.

Más de la mitad del territorio estadounidense fue descubierto y explorado por el Reino de España. Comunidades de españoles y de descendientes de españoles mantuvieron una presencia social y cultural en algunos territorios del sur y el medio oeste de Estados Unidos, lo que dejaría su impronta posterior en la  Guerra Civil Norteamericana.

Con estas palabras comienza la sinopsis de toda una epopeya. En un formato A5 y con 364 páginas, no es un libro voluminoso, pero cargado de información desde la primera hasta la última. Y es que el tema da de sí, pero Joaquín Mañes va más allá y convierte el libro en casi una génesis del papel de los españoles en la construcción de Norteamérica. Tan es así que recomiendo su lectura en combinación con Banderas Lejanas, de Fernando Martínez Láinez y Carlos Canales Torres, y que cubre la gesta de España en Norteamérica hasta su pérdida definitiva en 1821.

Acometer ese trabajo y ofrecer un relato completo y ameno de un conflicto tan complejo es un desafío que Joaquín Mañes resuelve con soltura sin cargar en exceso el libro. El medio es una estructura de veinticinco capítulos y más de cien subdivisiones que hacen asimilable un mosaico de historias individuales, batallas y otros aspectos del conflicto. Esa brevedad no escatima detalles en lo que se infiere como una investigación casi épica. No es una mera colección de relatos de soldados de fortuna, ni un sesudo estudio sobre las batallas de la Guerra Civil Americana o los hombres que las protagonizaron. De eso sobran títulos. El mérito cabe decir que está en mostrar la imbricación de los españoles en el “tejido” de aquella Norteamérica. Imbricación que, por el escaso número de ellos o por una buscada “amnesia”, ha quedado obviada durante muchos años, pero que va desde la milicia hasta la agricultura. Habrá quien diga que esos contenidos exceden el tema del libro, pero limitarse al relato de la participación de los españoles en aquella guerra entre 1861 y 1865 habría sido reducirlo a un mero anecdotario.

El resultado es una obra densa, pero interesante y amena para un lector de uno u otro lado del charco.

Felicidades y mucha suerte.