Cómo escribir y defender un gran Trabajo Fin de Máster (TFM)

Introducción.

Querido alumno, antes de ponerse a escribir absolutamente nada, le ruego que lea este documento con consejos y recomendaciones, basadas en mi experiencia como director de trabajos fin de grado (TFGs) y trabajos fin de máster (TFMs). Ahorrará horas de esfuerzo y muchas frustraciones.

El objeto de este documento es ayudarle a comprender qué es un TFM; qué es una investigación científica y por ende ayudarle a evitar errores comunes, multiplicando con ello el valor de su tiempo y dedicación. Partimos del entendimiento lógico de que un TFM es para el alumno un hito final que quiere superar pronto para obtener su ansiada titulación. Paradójicamente, si se comprende bien lo que se tiene que hacer, el proceso es más rápido, más sencillo y requiere menor desperdicio de horas.

 

  1. PRIMER PASO
    Antes de la batalla, identifique los peligros.
     
  • Primer peligro: el nombre confunde. El primer gran peligro empieza por el nombre, al llamarlo trabajo fin de máster, la inmensa mayoría de los alumnos confunden la parte (el documento) con el todo (el proyecto de investigación). Resulta sencillo asumir: “Bueno, tengo que hacer un trabajo. Esto es igual que en el colegio, el instituto, en la carrera u otro de los que he realizado en este mismo máster. Será otro de tantos” Es un error, olvide las monografías evaluadas realizadas hasta la fecha.
  • Segundo peligro: usted ya es un experto en la materia. Si el autor ya domina el tema en cuestión creerá erróneamente que eso le facilitará mucho el trabajo. He tenido alumnos que eran verdaderas autoridades en la materia elegida para el TFM y sus primeros borradores no servían como TFM. ¿Por qué? porque antes de entender lo que se pretendía, el alumno se había lanzado a escribir con mucha inteligencia y criterio sin la debida estructura científica. A menudo, cuando todavía estoy enseñando a mis alumnos el diseño de investigación, hay algunos que tenían ya escritas las conclusiones (porque quería terminar pronto). En un trabajo de investigación los conocimientos personales del autor son a menudo irrelevantes y las opiniones no sustentadas por evidencias son totalmente irrelevantes.
  • Tercer peligro: abarcar demasiado. Es muy común que un alumno escoja un tema excesivamente amplio, que no podrá abarcar en el tiempo dado. Son frecuentes los títulos de TFM del estilo: “La evolución de las fuerzas armadas occidentales en el siglo XXI”. Cuando el director recibe una propuesta así, debe indicarle a su pupilo que reduzca el alcance. Siguiendo el ejemplo anterior, quizá pueda enfrentarse con ciertas garantías a un trabajo sobre la “Evolución del uso de drones militares en los ejércitos del aire de España, Estados Unidos y Francia”; pero sería incluso preferible circunscribirlo sólo a un solo país. Cuanto mayor sea el alcance, menor será la probabilidad de descubrir un aspecto interesante. En un TFM no se suele disponer ni del tiempo ni de la experiencia para llevar a buen término investigaciones amplias y complejas.
  • Cuarto peligro: ignorancia de las normas. En cualquier universidad o centro serio, existirán unas normas o como mínimo recomendaciones para ejecutar un TFM. El alumno debe prestar especial atención a las cuestiones formales (tipo de letra, interlineado, tamaño, estructura recomendada, método de referencia). Esto forma parte de la evaluación. Un alumno que obvia las normas es un alumno que no demuestra disciplina investigadora o peor, que no sabe leer. Las normas vienen recogidas habitualmente en guías didácticas o guías de la asignatura.
  • Quinto peligro: ignorar lo verdaderamente importante. Una paradoja es que el alumno, con cierta lógicamente, tiende a creer que su TFM es muy solvente por contener textos bien documentados sobre una materia. Sin embargo, el tribunal dará el mayor peso evaluativo a aspectos que el alumno puede ignorar completamente de partida: adecuación de la metodología científica, calidad de la estructura, coherencia entre objetivos de investigación e hipótesis, conclusiones relevantes, corrección del sistema de referencia, amplitud de la bibliografía o adecuación de la exposición a las normas de presentación. El alumno puede creer que su texto es buenísimo y sin embargo sus evaluadores le restarán calificación porque lo importante es demostrar al tribunal que se sabe investigar.
  1. SEGUNDO PASO
    Entienda bien LO QUE NO ES un TFM

Existe un convencimiento generalizado de que el TFM, aunque importante, es un trabajo más en la carrera de un estudiante. Puede darse el caso de que algunos directores no tengan una gran inclinación científica o metodológica (y se conformen con estudios generales) pero eso no es justificación. Veamos lo que no es un TFM:

  • El TFM no es únicamente el documento físico que se entrega para evaluación.
  • El TFM no es un trabajo de búsqueda y recopilación de información y redacción lógica.
  • El TFM no es un documento divulgativo para lucimiento del autor.
  • El TFM no es un documento en el que un alumno experto en la materia describe estructuradamente todo lo que sabe (aunque sea muchísimo).
  • El TFM no es el documento que me han pedido que realizara desde el Ministerio en el que estoy destinado o desde la empresa que paga mi formación (confusión muy usual).
  • El TFM no es el documento sobre el que vuelco todo lo que he leído sobre la materia.
  • Desde luego, el TFM no es un documento facilón para cubrir el expediente y así aprobar un máster oficial de investigación.
  1. TERCER PASO
    Sepa LO QUE SÍ es un TFM
  • Es un proceso de investigación científica que culmina en un documento y una exposición oral. El TFM es un proyecto de investigación que requiere seguir un proceso estructurado, basado en el método científico. Par aprobar el alumno debe demostrar suficiencia investigadora, lo que significa que el alumno ha aprendido a investigar científicamente y a plasmar los resultados de forma estructurada. En este trance académico el alumno pone en juego su prestigio.
  • El proceso conlleva cinco fases cruciales: El TFM tiene cinco fases muy bien diferenciadas, que no deben suponer un trabajo desmedido para el investigador.
  1. Fase de conceptualización. Consiste en decidir qué se va a investigar y por qué es necesario o útil hacerlo. Requiere una somera actividad de documentación previa sobre el tema para identificar un problema de investigación. Esta fase responde a la pregunta ¿qué quiero descubrir?
  1. Fase de diseño de la investigación. Tendrá que elegir un sencillo método científico para resolver el problema de investigación. En esta fase se incluye la estructura metodológica. Este diseño es parte crucial del documento ya que es la que realmente demuestra solvencia investigadora. En esta fase es crucial señalar el problema de investigación, apuntar el estado del arte, describir la metodología, enumerar los objetivos de investigación (idealmente tres) y enunciar una hipótesis sencilla que será validada o refutada. Muchos estudiantes omiten alguno de estos pasos, lo que merma la calidad de su TFM. Esta fase responde a la pregunta: ¿cómo lo voy a descubrir?
  1. Fase de ejecución de la investigación o trabajo de campo. Donde se ejecuta el diseño, de conformidad con el método elegido. Típicamente cubre actividades como documentación, revisión de fuentes secundarias (lo que se ha escrito); revisión de fuentes primarias, como encuestas (método cuantitativo) y entrevistas estructuradas (método cualitativo); selección de información relevante y generación de hipótesis. 
  1. Fase de elaboración del documento TFM. Donde lo que más se valorará, paradójicamente, no es lo que usted dice, sino cómo lo dice y con qué estructura. Es especialmente importante la maquetación, la estructura y subordinación de temas y epígrafes y usar un método de referencia normalizado que sea consistente. Lo primero que se suele escribir es el índice y le ahorrará muchos esfuerzos que éste reciba el visto bueno de su director. ¡Nunca pase directamente a esta fase cuatro, por favor!
  1. Defensa oral. Se pretende que sea breve y que se ajuste al tiempo asignado, habitualmente entre 15 y 30 minutos. Por falta de disciplina oratoria o en un afán de lucimiento, casi ningún alumno suele respetar los tiempos. Personalmente, doy gran importancia a la adherencia al tiempo marcado en mis calificaciones. Cuando he sido presidente de tribunal no he permitido desviaciones que superasen unos pocos minutos. 
  1. CUARTO PASO

Aprenda de los errores ajenos

En general, los alumnos atienden perfectamente las indicaciones de su director de TFM así que con más o menos facilidad consiguen que éste mejore su calidad científica. Sin embargo, existen actitudes que deben evitarse siempre. Las enumero por orden de peligrosidad:

  • El alumno que no lee. Caso muy abundante en el ecosistema académico. Sencillamente, el estudiante no lee, no comprende lo que lee o entiende algo diferente de lo que ha leído. Habitualmente está todo escrito, detallado y explicado en las guías de la asignatura y, sobre todo, en las indicaciones del director de TFM.
  • El alumno que no responde a los correos. Otro ejemplo abundante es el alumno que, o no responde a los correos, o lo hace con excesivo retraso. Suele darse un atracón de puestas al día, donde habitualmente no puede aprehenderse de lo que tiene entre manos.
  • El alumno fantasma que “ni está ni se le espera”. Con frecuencia me encuentro a un alumno del que no sé nada, que pocos días antes de la defensa del tribunal entrega el trabajo completo y pretende presentarse a la prueba sin contar conmigo. Yo eso no lo tolero, claro.
  • El alumno que no investiga nada. Son muy numerosos los alumnos que realmente en vez de investigar, refríen textos muy inteligentes de terceros, con mucho empaque. Pero apenas realizan labor de investigación, más allá de la propia de documentación sobre la materia.
  • El alumno que termina antes de empezar. Es el alumno que manda el trabajo casi terminado para recibir la bendición del director y que, lógicamente, no es válido. Algunos alumnos se ofenden, silban o ponen excusas cuando les pides que lo rehagan según el método científico.
  • El alumno que acude a instancias superiores. Muchos alumnos que han hecho un trabajo malo (y que no están dispuestos a esforzarse para mejorarlo), acuden a autoridades universitarias para que se les favorezca. Yo tengo claro que antes dejo de colaborar con una universidad, que aprobar a un alumno suspenso por recomendación. Esto en la mayoría de los casos, sólo consigue enfadar al director y al tribunal.
  • El alumno tozudo, tan valiente que no se rinde a la evidencia. Hay alumnos, sin el menor acervo científico, que discuten constantemente las recomendaciones del director y a los que le cuesta un mundo hacer correcciones. Después se sorprenden cuando obtienen una mediocre calificación.
  • El alumno “corta-pega”. En casi todas las convocatorias hay un alumno que corta párrafos enteros. Estos casos están muy perseguidos y quizá van en disminución debido a las crecient3es exigencias de las políticas y aplicaciones anti-plagio.
  • El alumno que apenas referencia. Existe un grupo de alumnos con trabajos buenos, que pierden eficacia investigadora porque no usan adecuadamente las referencias. En un trabajo de TFM con calidad científica cada aserto, cada descripción, cada asunción debe ir apoyada por una referencia de una autoridad.
  • El alumno con problemas técnicos. Es el alumno que siempre se excusa sus retrasos por fallos de conectividad, por estar de viaje en lugares remotos. En ocasiones son excusas.
  • El alumno que siempre tiene una excusa. El director de TFM suele ser un personaje comprensivo, pero los problemas de sus alumnos incumplidores no son sus problemas. Las excusas, incluso las justificadas, no incrementan el prestigio del investigador.
  • El alumno con problemas de salud o desgracias familiares. Los alumnos de posgrado son los que estadísticamente tienen el mayor porcentaje de problemas de salud o desgracias familiares de toda la sociedad. Lamentablemente los infortunios ocurren y encontrarán la comprensión del tutor, pero no pueden ser un cheque en blanco para incumplir las obligaciones académicas.
  • El alumno que incorpora algunos cambios, pero no otros. Hay estudiantes que carecen del hábito de listar las indicaciones del director y consecuentemente se les olvida incorporar cambios. Algunos tienen la esperanza de que no se repare en ellos. Esto genera irritación porque el director tiene que rastrear los cambios uno a uno y volver a repetir parte de sus recomendaciones.
  • El alumno importante, muy, muy, muy ocupado. Como los altos cargos también estudian posgrados, en algunos casos ocurre que se escudan en sus altas responsabilidades para justificar sus retrasos. Que un presidente del Gobierno realice un máster oficial no le exime de hacer un buen TFM.
  • El alumno que cambia de director de TFM. En ocasiones un alumno se ofusca porque un director le da unas indicaciones y el nuevo le da otras. Es una frustración lógica. Siendo comprensivos con el criterio de un colega, el director tiene todo el derecho a exigir que se respeten sus criterios.
  • El alumno que describe una metodología sin entender lo que ha escrito. Ocurre a menudo que el estudiante, lee apresuradamente sobre una metodología que suena bien y la transcribe. En otras muchas ocasiones el alumno llega incluso a inventar métodos científicos inexistentes. Es preferible utilizar una metodología muy sencilla, antes que describir alguna que revista gran complejidad y que no comprende del todo.
  • El alumno que escribe de manera personalista, entrañable. Un texto científico debe escribirse de manera aséptica, sin ripios, frases hechas ni alusiones en primera persona. Los textos novelados no son adecuados. 
  1. QUINTO PASO
    Conozca la labor de dirección

Partimos aquí una lanza por los directores de TFM.  Su director sabe que usted no pretende ganar el Premio Nóbel con su trabajo. La ejecución del TFM es un compromiso entre el deseo de concluir pronto su titulación, tras un arduo periodo lectivo y la necesidad de enseñarle a investigar con un proyecto concreto.

El director del TFM no se va a leer concienzudamente las 100 páginas de su trabajo, que tras cinco versiones serán 500. Entre otras cosas porque su misión no es esa y habitualmente tendrá otros 15 o 20 alumnos en su misma situación. Leerá de forma transversal comprobando unos estándares de calidad, pero será raro que se apasione con el fondo del tema.

Si su director es experto en la materia le orientará sobre errores de concepto, pero no tiene por qué serlo. Es ortodoxo proponer a la universidad el invitar a un profesor externo, conocido por el alumno, como co-director en el afán de recibir una atención más cercana.

El director del TFM le dará orientaciones generales, pero no lo atosigue con versiones por más que usted quiera un sobresaliente. Tampoco pretenda que el director sea una red de seguridad para asegurarse una calificación excelente. El trabajo del director de TFM es detectar carencias metodológicas, estructurales y formales e indicárselo. No lo confunda con un coautor y menos con un corrector de estilo.

Como director de TFM normalmente me gusta llevar a los alumnos por los cinco pasos del proceso de investigación referidos anteriormente. Si el trabajo tiene unos buenos cimientos, será mucho más sencillo construir todo lo que sigue.

Obviamente, no todos los directores de TFM son iguales y puede darse el caso de algunos que tengan más o menos en cuenta el método científico. En cualquier caso, debe conocer al detalle la guía didáctica o programa de la asignatura, anotando hitos y plazos.

La universidad moderna está muy burocratizada y el binomio hito-plazo, es muy poderoso para tener éxito en ella. Ello se debe a que gran parte de las evaluaciones son continuas y se basan en proyectos o trabajos medibles según criterios objetivos y conocidos por el alumno.

Un alumno que va por delante en cuanto a plazos e hitos, evitando dejarlo todo para el último momento, transmite una poderosa imagen de seriedad y solvencia profesionales (sin haber iniciado quizá la investigación propiamente dicha). Sea disciplinado y siga los hitos que se le vayan marcando puntualmente y sin demora. Su prestigio va en ello.

Tenga en cuenta que un director de TFM no tiene memoria fotográfica y que dirige a decenas de alumnos en varias convocatorias anuales. No asuma que recordará su nombre, el tema elegido, el último correo y todas las modificaciones que le mandó. Cuanto más rápidas y más explícitas (liste las modificaciones y explique lo que ha cambiado) sean sus modificaciones, más fresco en la memoria del director tendrá los cambios. Por el contrario, si un director pide cambios y los recibe a las tres semanas, le obliga a rastrearlos, cotejarlos y asegurarse de que los ha implementado correctamente. Le está usted multiplicando su trabajo y ello no aumentará su prestigio.

Comprenda que (como es mi caso) el desempeño docente de su director puede ser una segunda actividad y por tanto un esfuerzo añadido sobre sus rutinas profesionales diarias.

Saber ganarse al director es importante porque será un gran aliado frente al tribunal, donde no tendrá voto, pero puede tener voz o influencia con otros profesores. Lo peor que puede ocurrir es que un director apunte al tribunal las deficiencias o actitudes negativas de su pupilo, lo que ocurre con cierta frecuencia. El director también se juega su prestigio académico y evitará que quede en entredicho si su alumno ha obviado sus indicaciones. 

  1. Y YA POR ÚLTIMO…
    Los consejos para hacer un gran TFM 
  1. Estudie y familiarícese con las reglas del juego y si tiene dudas, pregunte. Tenga especialmente en cuenta:
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    -Guía didáctica y criterios de evaluación. Lea el documento que sirva de manual de la asignatura y anote cuidadosamente hitos y plazos. Es recomendable llevar una agenda.
    -Normas formales. A los trabajos científicos se les exige una serie de normas formales que deben observarse a rajatabla. Típicamente: tipo de letra, tamaño, interlineado, sangrado, sistema de referencia. Una vez que emprenda la redacción del documento, vigile la jerarquía y consistencia de los capítulos, secciones, epígrafes y sub-epígrafes, sobre todo en lo relativo al uso de mayúsculas, subrayados, uso de cursiva o puntos. Use siempre el mismo tipo de letra.
    -Sistema de referencia. El sistema de referencia alude a las técnicas de cita de la bibliografía empleada y sus autores. Un sistema muy extendido en ciencias sociales, que yo recomiendo a mis alumnos es el de la APA (American Psychology Association), que tiene sus propios manuales. Hay otros muchos sistemas de referencia, pero en todo caso, es imprescindible ser consistente. Modernamente se cita el autor, con el año de publicación y número de página de la publicación, lo que resulta muy preciso y evita la tentación de incluir bibliografía que realmente no se ha consultado.
    -Pautas del director. Observe las pautas del director, es de mucha cortesía presentarse y recordarle al director su semblanza. Si va a tener vicisitudes previsibles avise con tiempo.
    -Medios de comunicación preferidos por el director. Pregunte a su director por su medio preferido de comunicación (plataforma, email, whatsapp, SMS, teléfono, audio grabado). Las posibilidades son muchas, pero algunos medios se saturan mientras que otros pueden optimizar sus posibilidades de comunicación. Recomiendo preguntar al director por sus preferencias.
    -Control de calidad del trabajo. Recuerde que su prestigio profesional está en juego. Evite erratas, errores tipográficos y, por supuesto, faltas gramaticales o de ortografía. Dé su trabajo a leer y pase el corrector. No olvide nunca leer su trabajo final para corregir fallas de estilo. Ponga especial atención en las primeras y últimas páginas.
    -Formato y tiempo de la exposición de defensa. La defensa es una exposición del proceso de investigación y de sus descubrimientos en un tiempo limitado. Desafortunadamente, se asigna un tiempo breve, típicamente entre 15 y 30 minutos. Evite caer en la tentación de hacer de la defensa un relato de su documento o un powerpoint con 50 transparencias. Ir a lo esencial y respetar el tiempo asignado transmite una imagen de capacidad de concisión y adherencia a la norma. No incluya en la presentación nada que no esté en el documento. 
  1. Inicie el proceso de reflexión sobre el tema de investigación, idealmente ya desde la asignatura de investigación.
  1. Realice indagaciones preliminares sobre el tema para detectar un problema de investigación que usted considere que puede resolver. Trate siempre de descubrir algo socialmente útil.
  1. Elija un método científico sencillo para resolver el problema y realice un diseño de investigación con ciertos mínimos: título, descripción del problema, justificación, estado del arte, metodología, objetivos de investigación, hipótesis, conclusiones.
  1. Describa el diseño de la investigación, explique en qué consistirá la fase de experimentación o el trabajo de campo.
  1. Ejecute la investigación según el guión marcado. Ésta se compone típicamente de una revisión de fuentes y recopilación de información, tanto para describir el estado del arte como para cumplir los objetivos de documentación. Las fuentes pueden ser primarias, fruto de observaciones, experimentación o entrevistas propias, o secundarias que es lo que otros autores han escrito sobre un tema de su interés.
  1. Evite limitarse a labores descriptivas tras una recopilación documental, no se contente únicamente con fuentes secundarias (que es lo que hacen la inmensa mayoría de los estudiantes). Trate de generar información de fuentes primarias como realizar encuestas (método cuantitativo), entrevistas a individuos o grupos (método cualitativo) u observaciones propias. Si realiza encuestas tendrá que tener nociones de estadística, pero aléjese de complejidades eruditas, mantenga la sencillez matemática en todo el proceso y le comprenderán mejor.
  1. Sepa seleccionar qué material utilizará y cuál descartará. Recuerde que debe transformar datos e informaciones en conocimiento científico útil. La criba es una parte crítica del proceso de investigación, pero recuerde que sobre el tema de su elección ya experimenta usted una incipiente especialización que favorecerá que tenga un criterio propio. La selección inteligente forma parte del proceso creativo de todo investigador.
  1. Reflexiones sobre la tesis que usted defenderá como investigador y genere mentalmente una hipótesis en forma de oración con sujeto, verbo y predicado. Cuanto más sencilla mejor: “El uso precoz de dentífrico con flúor mejora la salud buco-dental de niños de seis años”. Establezca una causa-efecto. Si le interesa profundizar puede aprender a elaborar una hipótesis científica con variables dependiente e independiente. La validación o refutación de su hipótesis como investigador es su descubrimiento. Evite hipótesis que sean perogrulladas del tipo: “una alimentación equilibrada mejora la salud de las personas”.
  1. Escriba un índice de contenidos que deberá ser validado por su director, evitándole así que desarrolle contenido innecesario.
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  2. Genere los contenidos de trabajo escrito de una manera estructurada y simplificada. Si considera que tiene información valiosa que pueda aportar al lector utilícela, de lo contrario evítelo. Ante la duda genere anexos. Céntrese en metodología, diseño de investigación, descubrimiento y conclusiones como los puntos culminantes del trabajo.
  1. Escriba con claridad y concisión. Evite cultismos, giros, ripios, personalismos y valoraciones subjetivas. Evite juicios de intenciones o generalizaciones. Escriba sólo sobre lo que es demostrable por fuentes primarias o secundarias. Es perfectamente ortodoxo extenderse sobre lo que otros dicen sin importar lo que usted opina. No opine, demuestre o calle. Escriba con asepsia científica en tercera persona.
  1. En el resumen, condense en un párrafo lo que ha descubierto, un resumen no es ni un prefacio ni una introducción. Sintetice lo más importante. Si lo desea puede incluir un “abstract” en inglés, que mejorará la trazabilidad y visibilidad de su trabajo si lo publica.
  1. Ponga un especial esfuerzo de claridad en las primeras cinco páginas del trabajo, en la parte de metodología y en las conclusiones finales. Será lo más leído.
  1. En las conclusiones no olvide traer a colación los objetivos de investigación y la validación o refutación de su hipótesis o postulado científico. En las conclusiones son aceptables las valoraciones o interpretaciones de los resultados, pero no son aceptables las conjeturas basadas en opiniones infundadas.
  1. La bibliografía debe tener una extensión mínima. Si su trabajo contiene media docena de referencias se considerarán insuficientes. Recuerde que todo lo que escriba debe estar sustentado lo que le generará bastantes referencias.
  1. Aunque en el mundo científico lo que tiene valor es el trabajo en forma de artículo científico (paper) en el mundo académico se valora también la defensa. Puede llegar a representar la mitad de la calificación, por lo que debe hace un esfuerzo en ella. 

ANEXO I. POSIBLES CRITERIOS DE VALORACIÓN

Aunque cada universidad o centro tiene su propio criterio de valoración, transcribo a continuación los criterios de valoración que utilizamos en el equipo de dirección de TFM de la Universidad a Distancia de Madrid (UDIMA). 

CRITERIOS DE VALORACIÓN MEMORIA TFM

  • Estructuración y organización del contenido. Sistematización.
  • Solvencia metodológica.
  • Delimitación del tema de investigación.
  • Concreción de los objetivos.
  • Claridad y pertinencia de la introducción.
  • Originalidad e innovación del tema elegido.
  • Solvencia del trabajo de campo, investigación y rigor científico.
  • Coherencia de las conclusiones con los objetivos de investigación. 

CRITERIOS DE VALORACIÓN EXPOSICIÓN ORAL

  • Estructura clásica en tres partes: introducción, desarrollo conclusiones.
  • Claridad expositiva y conceptual.
  • Presentación didáctica y visual (diagramas, imágenes, gráficos, esquemas, logos, cuadros sinópticos, fotos…).
  • Extracto completo y coherente respecto a la Memoria (documento).
  • Coherencia de respuesta a las preguntas del tribunal.

 

Carlos González de Escalada es doctor en Ciencias Sociales

 

Para citar este artículo:

González de Escalada, C. (2019). Cómo escribir y defender un gran trabajo fin de máster. Servicio de Comunicación CISDE. Sevilla

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